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Mostrando entradas de 2006

La niña desenmascarada

Parece ser que se confirma el dato: el siniestro personaje desalojado del salón de loterías cuando intentaba hacerse pasar por un huerfanito de San Ildefonso, no es otro que la inenarrable niña payasa en otra de sus torticeras estratagemas. La muy perversa pretendía introducirse entre los niños y pervertirlos a todos introduciéndolos en el mundo del dry martini y la coctelería más refinada. Por suerte, uno de los niños se ha atrevido a señalar que la cantidad de vermouth no era la canónica, y cuando otro ha mencionado la conocida historia de que Winston Churchill se limitaba a mirar la botella de vermouth mientras enfriaba la ginebra, la niña no ha podido con la vida y se ha descubierto: en vez de participar activamente en el fructífero intercambio de ideas sobre los más sofisticados combinados, como cualquiera hubiera hecho, se ha puesto en jarras, ha dicho que quién le mandaría a ella mezclarse con niñatos, y que ella echaba las cantidades que le salían del parrús, todo ello con un v

Aunque la niña se vista de seda...

La niña de nuestros ojos no para. Apoyó con su firma un manifiesto a favor del proceso de paz, pensando que se trataba de juzgar a Paz Vega por su lamentable gusto al seleccionar vestuario. Tras la rueda de prensa, los periodistas ataron a la niña a un poste y se fueron a tomar carajillos de coñac para intentar (sin éxito) olvidar sus mamarrachadas. Tal fue la repercusión mediática, que ya se anuncia el nacimiento de un nuevo canal temático: Niña TV, que no significa Niña travesti sino Niña Televisión. En él, el público ansioso podrá conocer en tiempo real las ocurrencias de la saladísima chiquilla, y al mismo tiempo adquirir los buscadísimos productos oficiales de la niña más grande. Usted no volverá a comprar en la tienda de los chinos de la esquina, pudiendo comprar los mismos ofensivos productos en la tienda de la niña, y pagando además varias veces su valor real. No es imposible que la niña entre en la lista de los millonarios más riquísimos del mundo gracias a los ingresos de la

La niña y la media tarde

Hay días en que la media tarde empieza a media mañana. No contento con adueñarse de su espacio, el espíritu de la siesta toma al asalto el cuerpo de la mañana, que queda irremediablemente teñido del color del dulce sueño de la tarde. A duras penas los ojos se mantienen abiertos, desearían sucumbir ya al embate del sueño pero resisten un instante más para que pueda el asaltante reforzar su estrategia y que sea así más definitivo su ataque, más devastador su avance, más rotunda su victoria. La niña payasa es feliz esos días, bendita sea la pereza y eternamente lo sea, los límites del mundo son la cama y el sofá, no hay más bandera que una mantita en la que la niña se envuelve a contemplar la victoria de la media tarde.

La niña payasa canta a la navidad

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Pobre niña payasa. Tras el desgraciado incidente en el casting para el belén viviente de su pueblo, en el que no consiguió el papel de virgen pese a haberse acostado con todo el jurado, deambula con la mirada perdida por las principales arterias comerciales de la localidad. Ante los escaparates de los más selectos comercios interpreta villancicos en francés con sorprendentes coreografías, que los propietarios de los mencionados comercios celebran vaciando encima de la niña sus repletos orinales. Milagro es que con tanto ajetreo la pobre payasa haya tenido tiempo de poner en limpio su personalísima visión de la navidad, pero si en algo cree la niña, es en los milagros (de ahí que se siga comprando la ropa interior de la talla que gastaba en la época del big bang, más o menos). Felices compras a todos.

La presidenta payasa

La siempre lamentable niña payasa ha quedado tan conmocionada por la noticia de que Esperanza Aguirre no llega a fin de mes, que ha decidido tomar cartas en el asunto. Es del dominio público que la niña solía ganarse la vida en "Senatorium", un puticlub de tercera escondido en una inmunda callejuela no lejos de la Puerta del Sol, precisamente en la época en que Espe era presidenta del Senado. Por inconcebible que resulte, tal coincidencia hace que la puñetera niña considere de alguna manera ligado su destino al de Mrs Aguirre, aka La cólera de Dior. Sea como sea, la niña ha decidido que si la presidenta no llega a fin de mes, ella, en solidaridad, tampoco. Así que ha decidido no llegar a fin de mes sobria, y lleva desde el día uno del presente bebiendo más que la difunta reina madre de inglaterra el día de las carreras de Ascot (no se molesten en hacer la conversión a litros, el ordenador se les bloquearía). El comunicado en el que invita a toda la población a sumarse a su in

Ponga una niña payasa en su vida

Niña payasa con gusto exquisito en gastronomía, hombres (valga la redundancia), ópera, literatura y moda, busca relación estable y desinteresada con acaudalado mecenas dispuesto a sufragar sus extravagantes gastos.

Yo soy la niña (I'm gonna live forever)

Yo, la humillada, la perseguida, la ninguneada, la despreciada, la otra. La que no consiguió reserva en los hoteles de cinco estrellas, la que fue expulsada de las tiendas de alta costura, la insultada en los grandes restaurantes por cocineros de moda, la que no pudo vestir ropa de los grandes diseñadores por no ser admitida en los desfiles. Aquélla cuyas palabras eran motivo de risa, siempre condenada a moverse por las tinieblas exteriores, nunca llegando al centro de la ciudad, siempre barriobajera. Lo peor, vamos. Ahora yo domino el mundo y vosotros queréis mi amistad. Pero mi amistad cuesta. Pues aquí es donde vais a empezar a pagar. Con sudor. Luego está también aquella otra tan buena de las dos chicas que compartían el apartamento con un chico, y tenían unos caseros tan estrafalarios, y la de la familia Ingalls, a mí me encantaba la familia Ingalls, con la ciega dando siempre el coñazo.

Audaces ideas políticas de la niña payasa

Tras su estrepitoso fracaso en las elecciones catalanas, en las que la formación promovida por la niña payasa, Partit Glamouros Unificat de Catalunya, obtuvo únicamente tres votos (y los tres nulos, porque la mentecata niña se hizo un lío en las papeletas y acabó poniendo como candidatos a los líderes del partido rival, el Partit dels Cutres de Catalunya), la niña de los peines (que no de los penes, pobrecica) ha decidido dar un salto cualitativo en sus ambiciones políticas, y pretende ser elegida secretaria general de la ONU, ahora que Koffi Annan ha terminado su mandato, y aprovechando que al coreano ése no lo conocen todavía ni en su casa de Seúl. Su primera medida será cambiar la marca de agua que se bebe en las sesiones del consejo de seguridad, la marca elegida es Solán de Cabras, que al tener el plástico azul permite disimular mejor los cubatas que la niña se desayuna todos los días laborables y fiestas de guardar. No hay palabras que expresen el ridículo que va a hacer la niña

La sagrada misión de la niña payasa

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Los suspiros de alivio de la humanidad han provocado varios tornados en los últimos días: la niña payasa desvela por fin su sagrada misión. Pretende, sí, dominar el mundo, pero no para sus torticeros propósitos, sino para hacer de él un lugar mejor. Los medios que propone para ello son perfectamente razonables y lógicos, y al final va a resultar que la niña salvará al mundo en vez de llevarlo al caos y a la destrucción, ya ven ustedes.

La niña y la lluvia

La niña payasa sabe que debería amar la lluvia. Color gris en las nubes y en el alma, apenas disuelta en una suave melancolía. Tierra mojada con olor a memoria, tal vez bálsamo la lluvia, tal vez incluso descanso. Isla perdida, color suave de esperanza, palabras remotas y apenas entrevistas. La niña payasa desearía amar la lluvia. Largos paseos o tardes frente a la chimenea. Ella lo sabe y se esfuerza, tal vez un día logre amar la lluvia, ella no se rinde, sabe que el camino es largo, pero no pierde la esperanza. Well, maybe next year...

La niña contra las tontas

La niña payasa, inmersa en su cruzada personal contra las tontas, ha decidido pasar a la acción y llama a la movilización general. Para recaudar fondos se editará en breve un bonito compact disc con el éxito "Te traje al museo del traje". Los sin duda millonarios ingresos servirán para sufragar las audaces e irritantes acciones del movimiento antitontas unipersonales, cuyo primer gran éxito ha sido la retirada de la serie de televisión "Paellas. Inserso débil", cuya actriz protagonista ha ofendido al buen sentido de tantas maneras que hasta la niña payasa resulta sosa y mainstream a su lado. El comité central del movimiento no descarta arriesgadas acciones frente a alguna tienda de Ágatha Ruiz de la Prada, epítome del mal gusto y ejemplo de ser aborrecible.

La niña en los hoteles

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La niña payasa es feliz en los hoteles. Hoteles a media tarde, silenciosos y cómodos. Camas que siempre parecen recién hechas, aunque estén desordenadas, y siempre lo están cuando la niña payasa está en los hoteles. Algunas habitaciones forman parte del mapa del mundo de la niña payasa tanto como las ciudades. El mundo de la niña payasa no existiría sin las habitaciones de los hoteles.

Nuevas aventuras sadomasoquistas de Paquita y Pepín

UN DÍA EN EL PARQUE Era un hermoso día de primavera en el parque de la ciudad. Todo el mundo se sentía de buen humor, con ganas de pasear, charlar y sonreír, el famoso síndrome del anuncio televisivo. El caso es que las autoridades habían habilitado un rincón del parque para que los amos pudieran dejar a sus esclavos aparcados y tener un rato libre para charlar de sus dominaciones. Los amos, además, llevados del espíritu primaveral, habían tenido un gesto de (innecesaria) generosidad, y habían permitido a los esclavos charlar un poco entre ellos, y allí estaban todos, la mar de animados, comentando las diversas torturas a las que sus amos les sometían. Todos estaban convencidos de que sus respectivos amos eran los mejores, y no escatimaban adjetivos para ensalzar la gracia con la que manejaban los látigos, por ejemplo, o la pericia con la que les ataban en las más incómodas posturas. En estos y otros animados coloquios pasaban la mañana, cuando de pronto nuestro querido Pepín dijo: –

Bolly, darling?

“Bebo champagne cuando estoy feliz y cuando estoy triste. A veces bebo cuando estoy sola. Cuando tengo compañía lo considero obligatorio. Y cuando tengo hambre pruebo un poco, y cuando no, también. Salvo eso, nunca lo toco, a menos que esté sedienta” (Madame Bollinger).

El amiguito carpetovetónico de los niños

"Soy el amiguito de todos los niños", dijo Matías Fernández un instante antes de que todos los niños se tirasen por el balcón del piso diecinueve, verdaderamente fue un caso digno de mención, en la provincia nunca se había visto nada parecido.

La verdadera historia

La verdadera historia de Cándida Pérez con el pastor alemán de su tío Sisinio es demasiado escabrosa para poder ser relatada en estas páginas, es una pena porque es una historia muy bonita, con sentimientos muy a flor de piel y gran profundidad psicológica en el retrato de los personajes.

Filomena Trijueque

Filomena Trijueque vivía en Alcubierre y se em-peñó en aprender a hablar arameo, la tía no paró hasta que lo habló con gran soltura y desenvolvimiento, desde entonces habla siempre en arameo, no la entiende ni dios pero ella está la mar de en-tretenida.

El debut de Pascual

El debut de Pascual Meléndez en el teatro munici-pal fue la mar de sonado. Convenció a Paquita Rodríguez, su novia de toda la vida, de que se metiera en una caja, en seguida sacó una sierra y empezó a cortarla en trocitos, asegurando que en un momento Paquita volvería a estar como nueva. Para cuando llegó la Guardia Civil la sangre llegaba hasta el gallinero, luego dijo que no se explicaba lo que había pasado, y que la culpa fue de Paquita por no fijarse bien en lo que hacía, siempre fue una chica muy distraída.

La estación de Zalamillas

Capítulo siete. Nuestros héroes estaban a punto de ser brutalmente arrancados de su realidad físico-temporal para verse sumergidos en una dantesca pesadilla de horror sin igual, de la que no iban a poder librarse tan fácilmente como sus (a pesar de todo) confiadas miradas hacían creer. Este capítulo, además, contiene muchas y muy buenas enseñanzas, dignas de ser aprovechadas por todo el que lo necesite. Pero vayamos con la acción propiamente dicha. Nuestra fascinante pareja protagonista despertó de su profundo sueño (tras una enervante noche particularmente activa en el terreno erótico) en el momento en el que James, el eficaz mayordomo sin el que estas páginas quedarían reducidas a una mera descripción de heroicas batallas sin el adecuado contrapunto cotidiano y popular, se introdujo en en su apabullante alcoba llevando en las manos la bandeja del desayuno repleta de exquisitos manjares (leche y galletas maría, el presupuesto de los héroes literarios ya no es lo que era, qué le vamos

Nuevas amenazas de la niña

Cuando ya todo el universo conocido respiraba tranquilo, pensando que la lamentable niña payasa dormía la mona para siempre en alguna remota cuneta de un país al que no hubiera llegado la dichosa internet a socavar la moral de la población y las buenas costumbres de sus dirigentes, a la niña, que dios confunda, le da por resucitar, y, en multitudinaria y electrizante rueda de prensa, anunciar a los cuatro vientos su intención de presentarse al certamen Miss Faja-Pantalón de Leganitos. ¿No tendrá nada mejor que hacer la puñetera? ¿Habrá abismo de degradación al que no se arroje? ¿Hasta cuándo habremos de soportar sus atroces desmanes y sus perturbadores cuadros sinópticos? Los ciudadanos de bien debemos de actuar decididamente antes de que sea demasiado tarde.

mirada implacable

mirada implacable, haz misericordiosos cálidos amables los cuerpos. todo el mar cada mano, todo el tiempo, sombra sea la voz, himno los labios, florezca el vientre baldío

lenguas muertas

lenguas muertas en las que tanto confío, tal vez si con humildad absoluta, entregada reverencia, en un pequeño papel escribiera mi nombre, tal vez en vuestra infinita misericordia tuvierais a bien traducirme a vuestro muerto universo, ejecutarme en una palabra os honraría para siempre, la llama eterna ardería ante vosotras, lenguas muertas

Las aventuras sadomasoquistas de Paquita y Pepín.

Aquella mañana Paquita se levantó de un humor de perros. Como suele ocurrir, su estado de ánimo fue contagiando todo lo que hacía: se le quemaron las tostadas, el café sabía a rayos, y cuando estaba en el ascensor, se hizo una carrera en la media. El resto del día transcurrió de la misma manera, y la pobre Paquita se subía por las paredes. Le dolía terriblemente el cuello, sus pobres cervicales almacenaban toda la tensión de la jornada. Paquita se preguntaba qué podría hacer para salir del oscuro tobogán que la llevaba a la depresión. Cuando salió de la oficina, tuvo una idea: Entró en unos grandes almacenes y se compró un látigo. En cuanto lo tuvo entre sus manos, se sintió mucho más relajada, y no pudo evitar pensar: “¿A ver si va a ser que he nacido yo para esto?”. Cuando Paquita volvió a casa aquella tarde, encontró a su esposo Pepín recién salido de la ducha, con el pelo húmedo y tan encantador como siempre. Paquita le dijo: –Pepín, he tenido un día espantoso. Una pesadilla de h

Las giras de la niña payasa

La niña payasa ha vuelto de su gira triunfal por la Tasca Juanita, en la que varias veces al día ha redefinido el concepto de "ridículo". La niña, que cuando la ocasión lo requiere bebe más que Sue Ellen los viernes, ha ofendido de tantas formas a la razón y al buen gusto, que el único consuelo que nos queda es que, al menos, mientras esté haciendo el cateto por los más insalubres garitos, no estará planeando revoluciones ni diseñando cuadritos. Bienvenidos sean sus etílicos delirios si libran al mundo de la amenaza de la niña. ¿Hasta cuándo soportaremos sus despreciables devaneos? ¿Será demasiado tarde? ¿Acabaremos todos siendo sus esclavos? ¿Ya han pensado lo que van a ponerse?

El mundo

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La niña payasa se desmelena, no hay otra explicación. Después de una etapa pseudopoética de escaso gusto y lamentables resultados, la insólita niña ha decidido volver a sus cuadros, y empezar por lo más básico: ella misma. Su relación con el mundo es el tema de este cuadro, y en él la niña, ya sin rebozos, confiesa sus malévolas intenciones. Más le valdría a la comunidad internacional ponerse las pilas antes de que la niña petarda ésta consiga sus objetivos y esclavice al mundo para sus torticeros propósitos. La sangrienta revolución está en marcha, y es muy posible que la lista de sacrificables aumente considerablemente. La gente es desagradable, y la niña payasa no iba a ser menos.

Niveles

En este nivel no sé quién eres ni quién soy. En el nivel anterior ya había olvidado tu rostro. Pronto volveré a conocerte y pronto tu voz volverá a hablarme del tiempo que pasó, pero ahora tu voz es extraña, tu cuerpo desconocido. Un planeta que no deseo conocer. Ayer naufragaba en todas tus orillas, mañana sabré lo que oculta tu mapa, hoy no sé quién eres ni quién soy.

La trágica historia de Laurita Pérez

Laurita Pérez estaba muy emocionada. Después de largos años de preparación, se iba a presentar en un teatro. El público por fin podría compartir con ella el milagro de su voz, don maravilloso por el que daba a diario gracias al cielo. Cuando Laurita Pérez terminó de cantar su primera canción, la mayoría del público tenía tal ataque de urticaria que en toda la ciudad se agotaron las reservas de pomada durante varios meses. Pero Laurita no se dejó vencer por el desánimo. Laurita era una chica con grandes inquietudes culturales y artísticas. Más tonta que una mata de habas, eso sí, pero llena de inquietudes. El único problema de Laurita era encontrar un cauce para sus inquietudes, aunque, teniendo en cuenta que Laurita a duras penas era capaz de encontrarse el culo con las dos manos, su problema era más grave de lo que pudiera parecer a simple vista. Tras el fracaso de su experiencia musical, y en contra del consejo de sus mejores amigos, decidió probar suerte como actriz. Toda la ciudad

Y al final...

y al final quién decide la hora adecuada quién espera un instante más sin apenas mirar el infinito quién sabe cómo llegaremos si es que alguna vez llegamos quién puede saber la ruta indicada quién conoce el final del camino o también la razón del viaje el nombre de la tormenta la puerta de entrada la palabra mágica avanza despacio mientras puedas es un buen consejo y como todos los consejos es inútil no mires atrás no escuches a los pájaros nunca repito nunca olvides tu nombre aunque no lo digas no lo digas nunca

Summer is icumen...

¿Existe un límite a la vulgaridad a la que puede llegar el ser humano? En determinadas zonas de la costa española, la respuesta es, categóricamente, no. No existe ningún límite. No hay abismo de ordinariez al que hordas de subhumanos no se arrojen vociferando. Las vacaciones son una competición permanente por lograr la degradación más plena, la horterada más completa. La gente es desagradable, y en verano, más.

Como la canción

Como la canción que cantaba la noche (apenas su recuerdo asalta el duro cuerpo de la mañana): No habrá otra canción como aquella canción en tu aliento cargado de ternura.

Crisis, ¿qué crisis?

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La niña payasa, en una pirueta intelectual digna, sin duda, de mejor empeño, establece una evidente relación entre la crisis del pensamiento posmoderno y la ya famosa sangrienta revolución. ¿A qué audaces conclusiones llegará la dichosa niña en los próximos días? La niña payasa, además, quiere salir al paso de los maliciosos rumores según los cuales uno de sus célebres cuadros sinópticos iba a estar dedicado a explicar el mundo del canto coral y los coralistas en general. Rumor absolutamente infundado: todo el mundo sabe que los cuadros de la niña payasa son la explicación del universo en que vivimos, y que los coralistas viven en un universo paralelo sin el más leve contacto con la realidad. En esas tinieblas exteriores ni la intrépida niña payasa se aventura. La gente no siempre es desagradable, pero casi siempre.

La crisis del pensamiento posmoderno

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La niña payasa no se corta un pelo, y con audacia delincuente nos explica en dos palabras (¿para qué más?) la crisis del pensamiento posmoderno y todo lo que ello implica. Que dios la perdone, si puede.

El mar, el mar

El mar de la niña payasa es azul, tranquilo y lejano, como deben ser los mares. Es un mar solitario, casi una fotografía en una pared blanca. Un par de gaviotas, dos o tres barcos tal vez. Intenso y nítido, el mar de la niña payasa es horizonte. No hay playas, multitudes ni poetas. El salitre no rima con nada en este mar. Es un mar de media tarde. La luz es ya un pensamiento de atardecer, la hora en que los versos deberían estar más prohibidos. El mar se ausenta al más leve indicio de canción. Todo es mirada en el mar de la niña payasa.

Nuevos datos de la sangrienta revolución de la niña payasa

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La niña payasa va poco a poco concretando los planes de su famosa y sangrienta revolución. Según parece, va a ser imposible salvar a los admiradores de Il Divo: su exterminio se considera indispensable para el futuro feliz de la raza humana. La gente, definitivamente, es desagradable.

La sangrienta revolución (Esquemas de la niña payasa II)

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La niña payasa continúa con su labor pedagógica, y tras profundas reflexiones, ha llegado a la conclusión de que es el momento de explicar la sangrienta revolución que es indispensable abordar para que el mundo se ajuste a sus esquemas, garantía de felicidad para todas las criaturas. En sucesivos esquemas la niña payasa irá enumerando todos aquellos grupos de población que deben ser exterminados sin piedad. La gente, no lo olvidemos, es desagradable.

Los esquemas de la niña payasa

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La niña payasa, que ayer casi se convierte en Gloria Fuertes, ha decidido explicar el mundo mediante una serie de sencillos esquemas. El primero es bastante general, pero poco a poco se irán haciendo más específicos. Por fin, todo el mundo explicado en bonitos esquemas. Grandes y ricos, altos y pobres, pequeños y guapos, feos y bajos, todos encontrarán gran consuelo y sabias enseñanzas en los esquemas de la niña payasa.

Mi mapa del mundo

Mi mapa del mundo está formado por varias páginas cuyo orden nunca acabo de adivinar. La tarea de plegarlo es tan complicada, que al volver a desplegarlo encuentro que el mapa que guardaba en la memoria no coincide con el que está en el papel. Y supongo que ninguno de los dos es el real. Páginas del mapa del mundo de la niña payasa: La pequeña ciudad en la que se crió. (La niña payasa nació en otra ciudad, pero no significa nada para ella). La ciudad en cuya universidad estudió. (La niña payasa tiene un dulce recuerdo de esta ciudad, no así de lo que en ella estudió). La ciudad del norte en la que por primera vez trabajó. (Alguien de esta ciudad le dijo a la niña payasa que en África la recordarían siempre, pero no era verdad). La ciudad del valle en la que se afincó. (La niña payasa llegó casi por casualidad y se quedó toda una vida). La ciudad a la orilla del mar a la que fue a buscar el amor. (La niña payasa lo encontró en lo alto de una colina). Tan solo hay ciudades en el mapa del

The ladies (and gentlemen) who lunch

Superar un insufrible almuerzo de trabajo sin que la sonrisa se deforme en rictus requiere un esfuerzo que no dudo en calificar de titánico. Sobre todo porque el sufridor en cuestión, la niña payasa en persona (para servirles), no participaba en el infernal almuerzo, sino que se limitaba a escuchar, muy a su pesar, desde la mesa de al lado. El tono de voz de los almorzantes ya era suficiente para su ingreso inmediato en el grupo de los detestados, pero el nivel de la conversación los catapultó inmediatamente al olimpo de los más odiados, con situación de verdadero priviliegio. ¿Es posible que en una comida de negocios no se digan más que estupideces? ¿Puede un almuerzo de trabajo parecer un sketch de "Homo-Zapping"? Es mi penoso deber confirmar que sí, que puede. Durante todo el almuerzo, que fue largo gracias a un camarero que parecía haber alcanzado un nivel superior de conciencia y no estaba dispuesto a abandonar su particular nirvana por un quítame allá esa ensalada, los

Viajes sin mi tía

El sistema de asignación de billetes de RENFE debe tener una lista negra en la que ocupo el primer puesto. No hay viaje en tren que haga en el que cerca de mí no se siente algún mentecato haciendo alguna actividad aborrecible. Hablar de los móviles en los trenes resulta superfluo a estas alturas: algunos vagones parecen concursos en los que se puntúe el volumen de la voz y el grado de las estupideces proferidas. Sin embargo, mi odiado de ayer no entró a formar parte de mi particular olimpo de detestados por su teléfono, que apenas usó. Se trataba de un hombre de avanzada edad que se pasó todo el trayecto haciendo pedorretas con la mano en la boca. Yo no daba crédito. Durante tres horas el caballero no paró prácticamente un momento. Las pedorretas a veces eran largas, otras veces eran toques más cortos, diríase incluso que a veces seguía un cierto ritmo. Indescriptible, vamos. El rey de las pedorretas. Un artista. Definitivamente, la gente es desagradable.