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Mostrando entradas de julio, 2006

The ladies (and gentlemen) who lunch

Superar un insufrible almuerzo de trabajo sin que la sonrisa se deforme en rictus requiere un esfuerzo que no dudo en calificar de titánico. Sobre todo porque el sufridor en cuestión, la niña payasa en persona (para servirles), no participaba en el infernal almuerzo, sino que se limitaba a escuchar, muy a su pesar, desde la mesa de al lado. El tono de voz de los almorzantes ya era suficiente para su ingreso inmediato en el grupo de los detestados, pero el nivel de la conversación los catapultó inmediatamente al olimpo de los más odiados, con situación de verdadero priviliegio. ¿Es posible que en una comida de negocios no se digan más que estupideces? ¿Puede un almuerzo de trabajo parecer un sketch de "Homo-Zapping"? Es mi penoso deber confirmar que sí, que puede. Durante todo el almuerzo, que fue largo gracias a un camarero que parecía haber alcanzado un nivel superior de conciencia y no estaba dispuesto a abandonar su particular nirvana por un quítame allá esa ensalada, los

Viajes sin mi tía

El sistema de asignación de billetes de RENFE debe tener una lista negra en la que ocupo el primer puesto. No hay viaje en tren que haga en el que cerca de mí no se siente algún mentecato haciendo alguna actividad aborrecible. Hablar de los móviles en los trenes resulta superfluo a estas alturas: algunos vagones parecen concursos en los que se puntúe el volumen de la voz y el grado de las estupideces proferidas. Sin embargo, mi odiado de ayer no entró a formar parte de mi particular olimpo de detestados por su teléfono, que apenas usó. Se trataba de un hombre de avanzada edad que se pasó todo el trayecto haciendo pedorretas con la mano en la boca. Yo no daba crédito. Durante tres horas el caballero no paró prácticamente un momento. Las pedorretas a veces eran largas, otras veces eran toques más cortos, diríase incluso que a veces seguía un cierto ritmo. Indescriptible, vamos. El rey de las pedorretas. Un artista. Definitivamente, la gente es desagradable.