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Los caballeros de la niña redonda

La niña payasa recogió ayer el premio a la infección más desagradable del año, otorgado por la Asociación Internacional de Muñecas de Famosa. Acudió a la ceremonia sobria y con bragas, para asombro de los presentes. La acompañaba Renta Per Cápita, vestida de fallera rockera. El número de canapés que se trasegaron entre las dos supera el producto interior bruto de varios países emergentes. La prensa del corazón las persiguió hasta el catre.

Donde las niñas no se aventuran

Suspirando iba la niña, y no por mí, que yo bien se lo entendí.

Pesadilla antes, durante y después de la navidad

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Han vuelto, tal y como temíamos. El affaire Apendicitis/Renta ha provocado en la niña un estado de ansiedad que solo ha sido capaz de calmar volviendo a los cuadros sinópticos, con lo que luchamos todos para que los superara definitivamente. Que Dios nos ayude.

Las niñas de hoy son los hombres del mañana

Apendicitis ha acudido esta mañana al registro civil, y ha cambiado su nombre por el de Renta Per Cápita. Ha actuado como madrina la portera del registro vestida de Blancanieves.

La niña se va a los puertos

Apendicitis, que tiene un cierto ramalazo, acudió al rescate de su triste mamacita con un discreto modelo. Imagínense a Cher teñida de rubio platino dorado, tras viajar dieciséis horas en moto sin respetar una sola norma de circulación, y podrán hacerse idea del pelucón que se encasquetó la criaturita. Menos mal que recién llegaba de clase de bridge y apenas tuvo tiempo de retocarse ligeramente el maquillaje, porque se llega a dar una capa más de base mate y hubiera tenido que ser rescatado por geólogos acostumbrados a excavar sustratos muy profundos. La niña decidió estar a la altura, se puso brillos hasta en el salvaslip, y los dos se fueron del brazo a fundir la tarjeta de crédito, sistema mucho mejor para acabar con la tristeza invernal que la mentecatez esa del edredón, con lo que se suda, qué ordinariez.

La triste niña de dieciocho primaveras

Receta infalible para tristes días de invierno. Ingredientes: un dormitorio oscuro, una cama ancha y un edredón cálido. Elaboración: Métase en la cama, tápese con el edredón y no se despierte hasta la primavera. Sugerencia de presentación: alguien a quien abrazar bajo el edredón, al gusto.

La noche de las niñas vivientes

La niña se había transfigurado, pero se tomó un par de fortasecs y se quedó como nueva, que sin fármacos la nena es mucha menos nena. La transfiguración le entró seguramente por algo que comió, menos mal que la niña siempre sabe dónde hay una farmacia abierta, y también es triste gracia comerse un bocadillo de calamares y acabar transfigurada en cisne blanco y simbólico, nada menos.

Niña y transfiguración

En el torpe amanecer del nuevo mundo, ella devino un cisne. Luz tan blanca alumbró su voz que la verdad fue su cuerpo para siempre. Ser a tan dulce idioma traducido fue el afán del silencio desde entonces.

La niña tan temida

Tras protagonizar la campaña "Abandona toda esperanza" para Inditex, Apendicitis se encuentra en un inmejorable momento personal y profesional. Su relación sentimental con el equipo de rugby del parque de bomberos de Majadahonda le ha aportado la estabilidad que necesitaba. Por el momento no se plantean aumentar la familia, pero no lo descartan. Por ahora quieren aprovechar al máximo su juventud, y procuran estar todos juntos el máximo tiempo posible, aunque no siempre es fácil, dado lo apretado de sus agendas. (La de Apendicitis tiene tres tomos). El anuncio de la participación de Apendicitis en un reality show con su madre, la inexplicable niña payasa, ha causado gran revuelo y expectación. Pocos detalles han trascendido sobre el programa, pero se habla de orgías sadomasoquistas en directo, liftings forzosos en el saloncito, y concursos de tartas de arándanos. Sin duda, un bombazo en su cadena amiga.

La vil seducción

La reunión de antiguos alumnos no fue lo mismo sin la niña. Todos sobrevivieron.

La niña del fin del mundo

Aliento de ámbar oscuro mirada enloquecida y silenciosa.

Onnanoko no monogatari

La niña se fue a la fragua con su polisón de nardos, y se encontró con Apendicitis, que llevaba unos taconazos mucho más altos que los suyos. El reencuentro de madre e hijo fue tan emotivo que sería indecente contarlo aquí. Ahora comparten el rimmel y las minifaldas, están encantadísimos/as, y han jurado no volver a poner el pie en una fragua, que para pasar calor ya están los Monegros en verano.

All’alba vincerò!

Tú también, niña, oculta en tu inalcanzable refugio, serás vencida por la muerte disfrazada de viento.

Yo, esa mujer

Apendicitis está que lo tira. Tras dejar el carísimo internado del lejano condado de Shropshire como un solar a base de experimentos pseudocientíficos y multitudinarios encuentros de oración para jóvenes cristianos bien dotados (el tamaño de la fe sí que importa), ha fundado su propia secta episcopaliana en la que solo admite varones (la descripción detallada de las ceremonias iniciáticas provocaría manifestaciones de protesta en las principales localidades), y en la que ejerce un despotismo nada ilustrado que ríanse ustedes de Stalin en día de purga. Total, que mucho ser un alumno ejemplar y un piadoso cristiano para que a las primeras de cambio le acabe asomando el ramalazo por debajo de la sotana, y pretenda ser nombrado papiso, el muy hereje. Su pobre madre, para redimir los pecados de su heterodoxo retoño, hace voluntariado en asociaciones de ayuda a otoñales nifómanas deprimidas, pero lo hace para levantarles los tranquilizantes y tomárselos ella, que buena falta le hacen.

Children will listen

Contra todo pronóstico, Apendicitis ha resultado ser un alumno ejemplar. Sus notas son excelentes, y su comportamiento, intachable. Destaca igualmente en el ámbito deportivo, y ya es el capitán de los equipos de cricket y petanca. Sus escasos ratos libres los dedica a obras piadosas y tómbolas benéficas. Las más prestigiosas universidades trazan planes para contar con él en un futuro no muy lejano. El disgusto de su pobre madre es morrocotudo, claro está. Cada vez que recibe noticias del lejano condado de Hereford, se ve obligada a beberse una botella de Chardonnay para equilibrarse un poco. Cada sobresaliente del pequeñín es un puñal que cruelmente destroza su corazón. Apendicitis desprecia la carísima ropa que su madre le envía, y viste con monacal sobriedad. Austeros, casi espartanos, son sus hábitos de vida e higiene. Ni una gota de perfume, ni una cremita carísima, ni un martini para relajarse un poco (y tres más para relajarse del todo, según la fórmula patentada por mamá payasa)

La vuelta al mundo en ochenta niñas

Sin apenas despeinarse, la nenita da varias veces la vuelta al mundo, concede entrevistas a todo tipo de medios, desautoriza a sus biógrafos tres veces al día, acude al Carrefour a comprarle patucos a Apendicitis, después a Lanvin a comprarle calzoncillos, le pone una querella para obligarle a emanciparse, le organiza fiestas llenas de amor, sushi y tartas de chocolate, cae repentinamente en la cuenta de que necesita varios sombreros nuevos, se los compra también en Lanvin, los devuelve inmediatamente, se hastía de todo y de todos, es la mejor anfitriona y la reina de la vida social, se toma media hora libre para almorzar, tarda dos horas en vestirse y maquillarse, protagoniza incidentes diplomáticos y escándalos internacionales, y aún le queda tiempo para hornear tartas de ruibarbo y empanadas de zamburiñas. Y el día no ha hecho más que empezar en el planeta de la niña indómita.

Hay que educar a papá

Apendicitis ya está en un lejano internado, al que la niña irá a visitarlo una vez al semestre. Allí jugará al cricket sin cesar, y será feliz merendando sandwiches de pepino todas las tardes. Una copa de jerez en casa del vicario tras la misa, tal vez una partida de bridge, algo de disciplina inglesa, y pudding en cada comida. La felicidad.

Alba de la niña

Amanece sin prisa y sin piedad.

Oh happy day

La pasada madrugada, la niña payasa ha dado a luz a su primer hijo, un varón que será bautizado con el nombre de Apendicitis. Los dos se encuentran bien de salud, afortunadamente en paradero desconocido.

El crepúsculo de las niñas

El trigésimo cuarto tomo de la biografía oficial de la niña más temida, recientemente publicado, se centra en un exhaustivo análisis de la primera papilla que ingirió la condenada chiquilla. La inclusión de un plátano entre los ingredientes de la receta ha revolucionado las tertulias televisivas, que sin cesar comentan las influencias y ramificaciones de la fálica fruta en la cosmovisión de la nena. El libro, sobra decirlo, se ha convertido en un éxito editorial sin precedentes, y ha sido declarado de lectura obligatoria en todas las escuelas del estado de Iowa.

La guerra de las niñas

Cautiva y desarmada la niña payasa, ha sido conducida al Bershka de Independencia, donde ha sido sepultada toda apariencia de buen gusto.

La niña en la rueca

Huyen de mí el sosiego y la calma

Nobleza Baturra

Cientos de miles de personas han participado en la ofrenda de flores a la niña payasa. Todos llevaban algo de Prada, y todos han cantado sin cesar las alabanzas de la niña. La nenita ponía cara de inmenso desprecio, así que todos han disfrutado muchísimo. Estas fiestas populares son las que verdaderamente definen el carácter de una sociedad. Viva el vino.

Chihuahua Jane contra La Mujer Máquina

La niña, que está estorbadísima, ha llegado a la conclusión de que un género que permite la existencia de peñas y despedidas de soltero no merece existir, así que ha iniciado los trámites para eliminar a la raza humana de la faz de la tierra. La nena tiene pensado acostarse con todos los funcionarios implicados en el expediente, únicamente para agilizar los trámites. Un mar de instancias y solicitudes que la niña de las narices no dudará en surcar para llevar a buen puerto esta bonita empresa.

Que el cielo la juzgue

El intento de la niña de presentarse ante la Virgen de Atocha marca un nuevo estándar en degradación. Los policías que acordonaban la zona, estupefactos ante el despliegue de complementos brillantes de la chiquilla, a duras penas acertaban a distinguirla de la propia imagen de la virgen. Menos mal que varios de los sacerdotes y seminaristas presentes murieron allí mismo de congestión, que si no, puede que hubiera habido que lamentar algún disgusto serio.

Presentación de la niña

Frío amanecer de otoño. La niña se detuvo a respirar un momento el color de las hojas muertas. Habiendo elegido el silencio, apenas alzó sus ojos para añorar el sol del verano. Lentamente empezó su mano a dibujar el mundo nuevo.

La ciencia avanza:

La niña retrocede (ella es más de letras).

Holocausto travesti

victoria infinita de la niña despojada transeúntes devorados serpientes nadie conoce a nadie. También tiempo fugaz de eterna primavera sol entrevisto sombra necesaria No vuelvas nunca

La niña salvaje

Partid por los caminos.

El final del verano

No contenta con ser la más glamourosa, elegante y moderna del panorama veraniego, la niña planea extender su dominio al otoño. Ejércitos de modistas, sombrereros y zapateros entran y salen sin descanso de los aposentos de la niña, que observa, reflexiona y se niega a dejarse aconsejar. Una habitación ha sido destinada únicamente a almacenar las invitaciones que se acumulan, varias secretarias han enloquecido ya por el estrés. La agenda de la niña ocupa más que el Espasa, tiene entrevistas concertadas ya hasta el próximo milenio. Pieles, joyas, champagne y caviar, aeropuertos, salas vip. París, Londres, decididamente Nueva York, tal vez Moscú, siempre Berlín....

La niña anhelante

Los suspiros escapan de su boca de fresa tornasolada iridiscente. La anhelante niña ha perdido el sosiego, su corazón desconoce la paz. Hila en la rueca con desmayado ademán, distraída acaricia la aguja, sueña tal vez con un príncipe desconocido... Abre los ojos y con un último impulso hunde en su dedo el metal para pagar con unas gotas de su sangre el pasaje a la tierra prometida.

La niña a la deriva

El caleidoscópico trampantojo de tu cuerpo tus ojos tu piel. Como vociferante horda invasora devora esta noche mis defensas mis estrategias mis palabras mágicas. Todo es el mar en esta noche eterna el mar son tus manos tus palabras tu silencio. El rito se ha cumplido, la palabra se ha hecho verdad en la noche de la tierra lejana.

La niña secreta

Ésta es la verdad que atesorabas, la marea cálida que enturbia tu sentido, la sabiduría milenaria de los osos panda que copulan sin cesar en las salas de espera de los aeropuertos, nadie observará tu horizonte con gesto amable, sabes bien que nadie sabrá el color del cielo que solo tú recuerdas, buscarás sin cesar las palabras que expliquen el fuego que te devora, sabiendo que jamás significará nada para nadie más que tú.

...

Ven cada noche a liberar mi vientre de la trampa de la cadena de la esperanza

El secreto desvelado

Cuando las sombras de la noche se adueñan de la ciudad, la niña payasa desaparece. Busca algún oscuro rincón de la metrópolis, y, a salvo de miradas indiscretas, se transforma en SúperContralto, la estilosísima superheroína. Sin descanso lucha contra los apóstoles de la decadencia y el olor a ajo: las malvadas sopranos, que con sus huracanados alaridos intentan dominar el mundo, los crueles tenores, capaces de las mayores temeridades para subir un tono, los nefastos bajos, siempre amenazando destruir el universo con sus sonidos infrahumanos. Especialmente encarnizada es la lucha de SúperContralto contra los siempre lamentables compositores pastelosos y sus constantes ataques almibarados, y cómo no, contra los directores hippies, lo peor, vamos, que por todos los medios intentan acallar las aterciopeladas voces de las contraltos amiguitas de la niña payasa. Esta noche la sin par heroína ha cosido las bocas de tres sopranos escapadas del penal para voces agudas, y ha librado al mundo de

Audaces consejos literarios de la niña payasa

Resuma en seis palabras el fin último de su existencia. Condense en seis versos su ambición más oculta. Exprese en seis novelas todo lo que nunca quiso decir. Viva y muera seis vidas antes de publicarlo todo en tapa dura.

La niña en verso

Miles de personas hacen cola ante las peores librerías del país para conseguir cuanto antes su ejemplar de la antología poética de la niña payasa. Para amenizar la espera, beben cubatas hasta perder el conocimiento, si es que alguna vez lo tuvieron. Cuando consiguen el libro, se abrazan a él poniendo los ojos en blanco durante tres cuartos de hora, y acto seguido corren por las calles declamando a voz en grito los versos de la ocurrente chavala. Todo acaba en una orgía sin precedentes, lo que hay que hacer para pillar, dios mío. Una pena.

Tontas y pazguatas

Las tontas del bote desprecian infinitamente a las pazguatas amaneradas, lo que sin duda es ya la rematadera.

Academia de idiomas de la niña

Es importante elegir bien las lenguas extranjeras, le acompañarán toda la vida. Con la sensacional oferta de la academia de idiomas payasos, puede usted elegir hasta tres lenguas extranjeras, que llegará usted a desconocer tan bien como la suya propia. Podrá usted no comunicarse con millones de personas, que no le podrán transmitir sus pensamientos, emociones ni vivencias. Por mil años que viva jamás podrá expresarnos su agradecimiento. Nuestros servicios pagará usted con eternas caricias.

Efemérides

Para celebrar su primer aniversario, la niña payasa mantendrá relaciones íntimas con todos sus lectores. Las fantasías más descabelladas se harán realidad en una vorágine de voluptuosidad y lujuria. La niña ni siquiera sabe cómo se pronuncian algunas de las cosas que se verá obligada a hacer para la celebración. No se prevé que haya supervivientes.

La niña è mobile

La nena, con su ardor maternal recién adquirido, decidió adquirir también unos cuantos complementos para la educación del futuro prodigio payaso. Tras hojear durante diez minutos un libro (¿engendro? ¿aborto del diablo?) de las tres trillizas, sufrió tal ataque de urticaria que no hubo pomada en tres kilómetros a la redonda capaz de calmarla, con el resultado de que los ardores maternales de la payasita se han enfriado hasta niveles infraantárticos. Nada de niños payasos, el mundo puede respirar tranquilo. El gabinete de crisis del presidente del gobierno puede volver a dedicarse a sus maratonianas sesiones de sexo oral, el peligro ha pasado. La niña, por su parte, ha sublimado su instinto maternal, y en vez de a los niños, lo dedica al trankimazín, y sin leerse el prospecto, lo proclama como su única bandera. La niña es grande.

Adiós, cigüeña, adiós

La niña quiere plantar un libro y tener un árbol para sentirse plenamente realizada como mujer. Con todo lo que se mete la criatura , su reloj biológico más que marcar las horas, lo que hace es tocar a rebato, así que la muchacha anda deshojando la margarita, es decir, seleccionando al candidato ideal para ser el donante. Tanta selección para acabar luego borracha y sin bragas en cualquier rotonda, pero ya saben cómo es ella. Días lleva encerrada repasando fichas de posibles padres. Pónganse todos en lo peor y acertarán.

Las amiguitas de la niña

Con angelicales voces acompañan a la entrañable niña por los más agrestes parajes, la sacan a pasear cuando la antisocial chiquilla se aísla en exceso, y con ella critican a todo bicho viviente digno de ser criticado (vive dios que la lista es larga). La niña está encantada de reconocer que, a veces, algunas veces, no toda la gente es desagradable.

Pazguatas amaneradas

Son las musas del cotarro, las reinas de sabadell, las que pinchan y cortan el bacalao, las que tienen que servir, las grandes obras de ingeniería, las grandes batallas navales, las tres gracias, las siete obras de misericordia, las tres virtudes teologales, las diez mujeres más elegantes, las cuatro jineteras del apocalipsis now, y todo sin despeinarse ni decir esta boca es mía.

Protomórfica inaccesible

Destilas gerontocracia obnubilante.

Debate sobre el estado de la nación

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Un mundo feliz

Un mundo sin niños ni adolescentes. Todo el mundo nacería con treinta y dos años, que es la edad en la que algunas personas comienzan a ser tolerables (muchas otras siguen toda su vida siendo completamente insoportables, pero ese problema será solucionado en su momento por la niña payasa). No habría libros infantiles (sólo por eso merece la pena la medida), ni películas para adolescentes, no existiría la ESO y el acné sería delito. ¿Se imaginan un mundo sin Shakira, Jennifer Lopez, Alejandro Sanz? El paraíso, vamos.

El recetario de la niña payasa

Coja usted los más variados ingredientes y haga con ellos lo que mejor le parezca. No olvide lavarse las manos antes de hacer el amor con todos los invitados. Sea usted el postre del convite, con cuatro detallitos de nata se pueden hacer maravillas. Amenace con llamar al telechino más anthigiénico de su comunidad autónoma si algún convidado tarda más de veinte segundos en quitarse la ropa interior. Llame de todas formas, y que el repartidor decida quiénes deben morir. Mate a los que no llamen en los días siguientes agradeciendo la invitación.

La niña contra la sinceridad

Miénteme al decirme que morirás sin mi sonrisa, al engañarme jurándome amor inmenso, al verme tendido en todos los fangos, miénteme sin prisa pero sin pausa, miénteme en los pequeños detalles, miente sin descanso para que nunca se me olvide tu voz y pueda morir de felicidad creyendo cada palabra.

Todos somos la niña

El acto de homenaje a la niña payasa consistirá en una ofrenda de flores y frutos que ella despreciará sin límites. Miembros de la adoración nocturna vociferarán un manifiesto de repulsa antes de ser sacrificados ante su altar. Entonces, y solo entonces, puede que la niña deje por un instante de pintarse las uñas de los pies de color carmesí para dedicar una fugaz mueca de disgusto a la sangre derramada en su honor, mientras musita inaudibles palabras de hastío. Después se cortará la tarta, habrá baile y vendrá la tuna. La tuna también será sacrificada, pero aquí la niña participará activamente encendiendo las antorchas y marcando el compás de los latigazos con sus altísimos tacones.

Tres tristes niñas

Todo era mentira.

Alegoría de la niña

La Peña Niñística de Alpedrete, la Cofradía del Perpetuo Martini de la Niña y la Tuna de la Facultad de Estudios Payasos convocan el enésimo concurso literario bla bla bla. Los originales no podrán tener menos de 382764109 versos de arte mayor, en todos los cuales debe aparecer la palabra "zapatilla". El único ganador será proclamado dueño y señor absoluto de todo lo visible y lo invisible, pero tendrá que pagar las copas y pronunciar un breve discurso de aceptación.

Examen de la niña

Explique brevemente el sentido de sus palabras al absolvernos de sus pecados, al afirmar nuestra inconcebible dependencia de su mirada, al proclamar la santidad absoluta del olvido, al revelar la clave del conjuro, la fórmula de la poción, la magia que contiene cada gota de silencio arrebatado al vacío.

Dos o tres cosas que sé de la niña

Payasa concebida con pecado, legendaria asaltafarmacias, espíritu de la francachela, mítica consumidora de martinis, madre de todos los excesos, emperatriz de todas las fiestas, voraz devoradora de todos los momentos, ruega por nosotros en estos tiempos oscuros.

Todas las niñas del presidente

La niña es infalible cuando farfulla borracha como una cuba. La niña es una y trina que no veas.. La niña es virgen antes, durante y después del parto de los montes. La niña está sentada a la derecha del padre por si cae algo, pero que si quieres arroz, Catalina. La niña vendrá a juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Su reino tampoco tendrá Zara, que la niña no es nada partidaria. Las túnicas de los ángeles del reino de los cielos de la niña son de Missoni, que con las que diseñó Donatella, los querubines y serafines parecín putarracas pastilleras de Móstoles.

Rituales de la niña

¿Es lícito que gobierne un rey sin poder? ¿No es más razonable que reine quien efectivamente gobierna? (Mensaje enviado por la niña payasa al Papa, intentando que éste legitime su acceso al cargo de redactora jefa de moda de Vogue). Por desgracia, Su Santidad está demasiado ocupado con los miembros de la Guardia Suiza, a los que constantemente ordena sacar brillo a sus mocasines de Prada, para responder a las insensatas pretensiones de la niña, que supondrían la quiebra del estado de derecho, el fin de la civilización occidental y la decadencia moral del mundo moderno.

Ponga una novela histórica en su vida

La niña payasa ha triunfado definitivamente. Olvidados los pasados devaneos, un rutilante futuro se abre ante ella, que ya se apresta a recorrerlo con garboso paso. Desde ahora la vida será lujo y sexo oral. Tras tantas meteduras de pata y tantas humillaciones, por fin ha llegado a la cumbre. El éxito de su "Buscador en la intenné de fechas libres para novelas históricas" es tal, que la ha catapultado a la lista de las personas más deseadas, a la de las mejor vestidas y a la de las más insultadas, aunque en esta última hace años que la niña está instalada. Las solicitudes se amontonan en su mesa de trabajo. Decenas de escritores de novelas históricas que, desengañados al comprobar que sus mamotretos de 2049857240957842059872098572405827 páginas no tenían futuro al desarrollarse en fechas ya descritas en otras novelas, se han suicidado viendo de un tirón la filmografía de Juliette Binoche, horrible muerte donde las haya. Ahora mismo tiene la niña en oferta los quince primeros

Transfiguración de la niña

Su cuerpo es lienzo de todas las ternuras, acoge su vientre el resplandor de la noche inmensa. Manos inquietas trazan sobre sus miembros las palabras aprendidas, las palabras olvidadas, eligen con cuidado las tintas más sutiles para escribir sobre ella el testimonio de su propia carne, el color azulado de su mirada triste se desliza hacia cada uno de los puntos cardinales. Ella es el mundo en estas horas oscuras, la fuerza está en su sombra, amanecer silencioso de todos los planetas, canción imposible de todos los amantes.

Pánico en Manhattan...

...al propagarse la noticia de que el árbol de navidad del Rockefeller Center había echado a andar y recorría la quinta avenida lanzando gritos ante los escaparates de todas las tiendas. El terror de la población alcanzó el paroxismo cuando se confirmó que en realidad se trataba (cómo no) de la inefable niña payasa tras colgarse toda la bisutería que había llevado en la maleta para salir a pasear por Nueva York. La niña rebasó todos los límites, ya no de lo recomendable, sino de lo admisible, y consiguió batir dos de sus propios records: el de expulsiones de establecimientos públicos y el de ingestión de martinis por metro cuadrado. Una pena, vamos.

A favor del cambio climático

Invierno maldito, el de nuestra desventura. Cuerpos ateridos manos agrietadas labios partidos ojos esquivos. Maldito seas para siempre, malditos seamos bajo tu manto, maldito viento del norte maldito. Blanca sepultura, ácida lluvia, brutal granizo. La maldición ha caído sobre nosotros. ¿Sobreviviremos a tu despiadada tiranía? ¿Vendrá un día abril a rescatarnos? Temblando esperamos su gloriosa venida que nos redimirá de tu maldita congoja para siempre.

Tercera temporada de la niña payasa

En este capítulo, la niña es devorada por las más horrorosas fieras llegadas directamente de la jungla subtropical. Todos los miembros de la Conferencia Episcopal han manifestado su rechazo, y en señal de protesta no van a esnifar pegamento durante los próximos veinte minutos. Tampoco volverán a usar desodorante.

Yo convoco...

...a todas las personas de bien a manifestarse a favor de la nación payasa, en grave peligro de desmembramiento por la nefasta labor de gobierno de petardas y palurdas. La aprobación de la ley que permite contraer matrimonio a petardas de distinto sexo fue el comienzo de la decadencia, y desde ahí no hemos levantado cabeza. La falta de transparencia en la investigación del juicio por el tráfico de los bocadillos de chistorra levantó a la ciudadanía en cívica rebelión, y ya son incontables las causas de indignación: la asignatura de estilismo trash obligatoria en todos los cursos de la ESO, la cesión ante el chantaje de la OIT (Organización Internacional de Tontas), que ha tenido como consecuencia la imposición por ley de la dieta de la alcachofa a todos los menores de 4576 años... Ante la evidente quiebra del estado de derecho, convoco a toda la población a manifestarse tomando un Dry Martini antes de cada comida y después de cada bebida. Tampoco estaría de más hacerlo antes de cada ma

Lengua extranjera

Lengua extranjera es toda la que recorre mi cuerpo la que conoce mi carne la que sepulta mi nombre en los pliegues del silencio. Tierra remota es siempre tu palabra viajera tu mano exploradora tu mirada indecible sobre mi vientre conquistado.

La niña payasa busca consuelo en los fríos amaneceres

Cuando naufragues en la fría aurora, piensa en los pájaros.

La niña ausente

La niña ausente tal vez se halle en un remoto balneario del pirineo francés. Se dice que una vez amó mucho, y que desde entonces el invierno vive en su corazón. Por eso, de vez en cuando, la niña desaparece. Hay quien asegura que en realidad la niña lleva una doble vida, y que durante sus ausencias vuela constantemente en primera clase para alojarse en inaccesibles suites en las que nadie pronuncia jamás una sola palabra.

Odisea cinematográfica de la temible niña payasa

Canta, oh, musa, la cólera del público congregado para asistir a la entrega de los premios la academia de cinematografía, cuando la niña innombrable, completamente borracha, confundió el texto, y en lugar de cantar el "Himno de las Petardas Cinematográficas", para lo que había sido contratada, acabó por hacer un mix de "Somos toreras" en francés y "Ya no va la Sinde por agua a la fuente". El tumulto fue tal que los académicos, en lugar de entregar los premios, se entregaron a una bacanal de destrucción de la que la niña, por si acaso lo dudaban ustedes, acabó siendo principal sujeto paciente. Profanado fue su cuerpo, ultrajada su carne, enfangado su nombre, mancillada su memoria. Y la tía, tan oreada, pidiendo cubatas y gritando "¡Pedroooooo!" como si nada. El cachondeo llegó al máximo cuando la ministra de cultura, completamente destrozada, amenazó con dimitir. Miembros hay de la academia que aún no han conseguido recuperarse del ataque de ris

El método tridecafónico, o método para componer mediante trece notas sólo relacionadas con las payasadas de la niña.

Gran revuelo en los ambientes musicales ha causado la presentación del último proyecto de la intrépida niña payasa: el método tridecafónico, que permitirá (según ella) que la música siga avanzando otros mil años. Lo que hay que oír. En fin, el método consiste en coger trece notas y ordenarlas más o menos como a uno le salga de la pepitilla, y a partir de ahí llenar páginas y páginas de papel pautado siguiendo el orden establecido. Eso sí, cada vez que un músico termina de tocar las trece notas, debe levantarse y gritar a pleno pulmón: “¡Ay, caramba!”. Para obras litúrgicas, la niña recomienda sustituir la anterior exclamación por “¡Oh, cielos, qué horror!”, mucho más adecuada a la solemnidad de la música sacra. El concierto de presentación del método constituyó un nuevo episodio en el camino de degradación de la niña. Los comentarios del público fueron tan hirientes que varios de los asistentes fueron inmediatamente contratados como tertulianos para la COPE, no les digo más. Un pequeño

Dulcinea escribe la última página de su diario

Ven, silencio amado, toma posesión de la tarde, brisa imprescindible entre mis dedos, tardía primavera en mi canto. Adiós, dice mi nombre a tu palabra, los labios no recuerdan las promesas, todo es llanura en mi horizonte. No volverán tus manos a mi cuerpo, molinos serán las mías, enloquece mientras estés a tiempo.

Ulises suspira pensando en el Cíclope

Intrépida respiración, teoría del contacto. Caricia imposible, piel devorada, océano, fruto perfecto, vientre y mano.

Traición

Cuando se cumplan todas las profecías y vengas, por fin, a darme la muerte, no vengas caminando de frente. En mi espalda clava tu cuchillo y hazme sentir de una vez el color de la traición.

Con ella llegó el escándalo

Conmoción en la escena putarraco-payasil al filtrarse a los medios una grabación con cámara oculta que desvela que la mariscala de las putarracas, la célebre Antoinette, no se tiñe el pelo. La muy ordinaria es pelirroja natural, ya ven ustedes si será simple. Como es natural, todo el delicado equilibrio de alianzas de la escena palurdo-petarda-putarraco-payasa ha saltado por los aires, y las consecuencias son aún imprevisibles. Las llamadas a la calma de las autoridades tienen menos efecto que la ESO en Alcorcón, y las próximas horas pueden ser cruciales. Tal vez sea ésta la ocasión que la niña payasa lleva años esperando, incluso hay analistas (lamentables individuos que no han superado la fase anal) que afirman que su perversa mano está detrás de todo el asunto. A estas alturas nada nos sorprende de la niña del demonio, la verdad. Seguiremos informando.

El armisticio

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Encarnizada ha sido la lucha entre palurdas y petardas, pero como todo en esta vida, ha llegado a su fin. Después de tanto marear la perdiz, unas y otras han decidido enterrar el hacha de guerra y hacerse amiguísimas a partir de ya. Unas y otras acercarán posiciones: las palurdas se cambiarán de vez en cuando de bragas, y las petardas se comerán un bocadillo de chistorra cada semana y media. Ahora, petardas y palurdas son todas íntimas, y odian todas en bloque a las payasas y las putarracas, hasta ayer mismo enemigas irreconciliables y hoy aliadas hasta la muerte.

Palurdas strike back

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Las palurdas toman la iniciativa en la sangrienta guerra que las enfrenta a las petardas, y lanzan una incendiaria proclama. La niña payasa sonríe, malévola, y contraataca con un apasionante grito de guerra.

Sucesos consuetudinarios que acontecen en la rúe

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La niña payasa hace un llamamiento a la unidad de las petardas frente al avance de las palurdas. ¡PRADA O MUERTE, VENCEREMOS!

El cuento del dinosaurio payaso

"Cuando desperté, la niña payasa seguía allí. Estaba llorando porque no tenía zapatos, así que me comí sus pies mientras ella se quitaba un guante largo hasta el codo con insinuante gesto, la muy gorrina."

La grasa por arrobas

La infatigable niña, tras comer tanto en estas fiestas navideñas que su talla de bragas parecía su número de móvil, ha decidido sorprender al mundo con una nueva dieta milagrosa basada en la alimentación de los esquimales. Qué huevos. Total, que la muy desustanciada de ella acudió al Carrefour con la siguiente lista de la compra: Dos docenas de focas para echarlas en la bañera y nadar sintiendo el frescor del ártico. Dos toneladas de sardinas para dar de comer a las focas. Una penca de acelga para comer toda la semana. Cien gramos de jamón de york para mirarlos un rato antes de acostarse. Por suerte, fue descubierta a tiempo y expulsada del recinto antes de que pudiera cometer más actos contra natura. Se rumorea que la han visto deambular por la sección de tallas grandes de la nueva tienda Zara Putarracas de Botorrita. La folisia, la risión, el tócame Roque, vamos.

Alza tu voz

Levántate y proclama inequívocamente ante el mundo cuál es tu fe, cuál tu creencia, tus principios irrenunciables, aquello que te define, a lo que bajo ninguna presión renunciarás. Luego puedes decir si prefieres la hamburguesa con o sin queso, cada cosa a su tiempo.