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Mostrando entradas de septiembre, 2008

Niña, azucarillos y aguardiente

Es el amor de las tres naranjas el amor que la niña espera desea teme, o en su defecto es el amor de la encina y la rosa el amor que la niña ansía sospecha invoca.

Sin niña no hay paraíso

El tercer soneto dedicado a la niña comienza con seis palabras prohibidas y un silencio obligatorio.