Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2009

Qué he hecho yo para merecer a la niña.

Muertos y heridos hubo el otro día en la puesta de largo de las gemelas. El acontecimiento del año de la vida social tuvo lugar en el aparcamiento del Alcampo de Utebo, en un momento en que los de seguridad asistían a un curso de sodomía para el nuevo milenio. Se congregaron miles de invitados y se repartieron la botella de Freixenet que la nena había robado previamente. Después devoraron a los seguratas que volvían del cursillo y se fueron todos en manifestación al convento de Santa Catalina, a profesar, que les dio el rollo místico. Pero la superiora del convento era la amante de una de las seguratas, y estaba de un humor espantoso, imagínense, así que los mandó a todos a escaparrar y se quedaron compuestos y sin toca.

Las niñas de Salem

Es el constante amor del viento del este el amor que destruye a la niña payasa, el que amenaza su vientre con cálidos susurros. Callan sus ojos el fin de la ternura, el amanecer del tiempo futuro, un tiempo desnudo y silencioso en el que llorará la niña todo lo que olvidó entre las sombras de los edificios del invierno.

Las niñas del círculo polar

La niña, por fin, va a ser beatificada. Será elevada a los altares en una ceremonia íntima a celebrar el próximo domingo en la sauna Saint Peter de Leganitos. Será declarada patrona de las farmacias, y se ha comprado para la ocasión una túnica ideal, en tonos dorados con incrustaciones de pedrería. Millones de fieles blasfemarán en su nombre y todo será encantador. El papa ha amenazado con publicar catorce encíclicas si no es invitado, pero la nena teme que le eclipse el modelazo, así que la diplomacia trabaja a toda máquina.

No es bueno que el hombre esté solo con la niña

"Antes me hago una autopsia" fueron las palabras exactas con las que la nena excusó su asistencia a la cena anual de arrabaleras tartamudas.