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Mostrando entradas de junio, 2013

La niña del Rhinn

todas las noches del monstruo se resumen en una voz lejana que se extingue, no una sino millones de voces que se pierden, sí, se extinguen sin que el cruel horizonte altere su inerte mirada. lo nunca dicho se iguala con el tiempo, leve rastro que nadie visitará jamás.

La niña de picas

diversos animales enjaulados miran despacio mi torpe acercamiento, comprenden sin duda mi temor, tal es el estado de mis relaciones con ese mundo furtivo y preso del que anhelaba distanciarme, pero el verbo se hizo carne y la maldición cayó sobre mí, de manera tan suave que amoroso conjuro se diría más que cruel venganza, lo que no le impide desgastar cada día mi palabra, mi esperanza y mi voluntad, con el amor infinito que solo los amantes de leyenda se profesan, todo acabará en disolución, la meta está fijada, nada hay en mis torpes ademanes que frene seriamente la destrucción que me está destinada y que asumo como propia, que reclamo como mía, que exijo  como única forma de realización de lo que siempre estuvo escrito, venid, devorad lo poco que de mí han dejado vuestros hermanos, esparcid mis cenizas por vuestras amargas bocas, que mi último aliento sea vuestra recompensa final.

El caballero de la niña

amarte es un desván en penumbra arrancado al sueño, una poderosa cadena de susurros que el tiempo  transforma en círculos inabarcables por medida humana. todo lo que eres me transforma, todo es momento, ser todo para siempre. conocer es destello de jardines entrevistos, rumor de aire y agua en cascadas invisibles que nada son pues no te contienen sino en tu forma. bajo mi piel late tu palabra encendida, ritmo oscuro que tu ser aproxima y confunde por igual en el vacío paréntesis del miedo que era ya mi mirada para siempre. 

Muerte de amor de la niña

despacio el mundo me invade, no el mundo, lo que de él cobija tu sombra, ahora lo comprendo, teoría del camino abierto.

Las niñas cantoras de Nuremberg

tu mano me defiende del silencio, mi piel. su roce detiene  la amenaza.  todo lo que supe es ya caída, toda esperanza, qué hacer, tiempo fallido y oscuro. tu mano me abarca sin fisuras sin condiciones sin fin, tiempo explorado detenido suspendido en la memoria del contacto.

El crepúsculo de las niñas

ábrete puerta del tiempo, susurran las tímidas gaviotas pero nadie observa su vuelo inmaculado, la multitud devora sin piedad los nombres de las estrellas, la lluvia del este irrumpe en mi voz como una nueva amenaza: nada serán las palabras en tu mundo sin palmeras, hombre del silencio, espuma del desierto tardío