La niña desenmascarada
Parece ser que se confirma el dato: el siniestro personaje desalojado del salón de loterías cuando intentaba hacerse pasar por un huerfanito de San Ildefonso, no es otro que la inenarrable niña payasa en otra de sus torticeras estratagemas. La muy perversa pretendía introducirse entre los niños y pervertirlos a todos introduciéndolos en el mundo del dry martini y la coctelería más refinada. Por suerte, uno de los niños se ha atrevido a señalar que la cantidad de vermouth no era la canónica, y cuando otro ha mencionado la conocida historia de que Winston Churchill se limitaba a mirar la botella de vermouth mientras enfriaba la ginebra, la niña no ha podido con la vida y se ha descubierto: en vez de participar activamente en el fructífero intercambio de ideas sobre los más sofisticados combinados, como cualquiera hubiera hecho, se ha puesto en jarras, ha dicho que quién le mandaría a ella mezclarse con niñatos, y que ella echaba las cantidades que le salían del parrús, todo ello con un v...