El mundo

La niña payasa se desmelena, no hay otra explicación. Después de una etapa pseudopoética de escaso gusto y lamentables resultados, la insólita niña ha decidido volver a sus cuadros, y empezar por lo más básico: ella misma. Su relación con el mundo es el tema de este cuadro, y en él la niña, ya sin rebozos, confiesa sus malévolas intenciones. Más le valdría a la comunidad internacional ponerse las pilas antes de que la niña petarda ésta consiga sus objetivos y esclavice al mundo para sus torticeros propósitos. La sangrienta revolución está en marcha, y es muy posible que la lista de sacrificables aumente considerablemente. La gente es desagradable, y la niña payasa no iba a ser menos.
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Firmado: Cochemari.