Lo que queda de la niña
El primer cliente bis El silencio reinaba en el atestado despacho cuando el personaje dobló la esquina del pasillo y se hizo visible para nuestros tres amigos. –¡Funchi Salamber!– exclamó Adalaura cuando reconoció a su primera clienta. –¡Fechi Selabar!– gritaron a coro Roberto y Hermoafricante, que habían reconocido a la versión de su universo de la clienta de Adalaura. –La misma que viste y calza, Fechi Selabar para servir a Dios y a usted– exclamó la interfecta, que no había oído la extraña variante que de su nombre había pronunciado Adalaura–. Venía buscando el despacho de una detective privado, pero me encuentro una placa llena de faltas de ortografía y un despacho lleno de gente que no me ofrece la menor confianza.. Hermoafricante, que, al reconocer a Fechi, había proferido un bufido indescriptible, masculló con desprecio: –¿Pide confianza la enemiga pública número uno? Qué poca vergüenza. –Detestado Hermoafricante, precisamente verte a ti en este desp...