Las mejores niñas de nuestra vida

La casa-museo de la niña payasa ha batido un nuevo record: el 95% de sus visitantes sufre trastornos gástricos severos en los días posteriores a su visita. Los miembros de la troupe payasa se turnan para encadenarse a una señal de tráfico roñosa que hay cerca de la entrada, con lo que todavía aumenta más el interés de los visitantes, que pagan gustosísimos la carísima entrada. Las cifras de facturación de la tienda de recuerdos del museo tienen más ceros que los boletines de notas de las gemelas, que en la escuela púbica a la que asisten ya han sido nombradas directora y jefa de estudios, imagínense lo que tiene que ser el recreo en semejante infierno en la tierra.

Comentarios