Las niñas del Rey Salomón

Estupor y temblores han causado las últimas declaraciones de la indescifrable payasita a la revista de la Asociación Internacional de Tontas. En una entrevista a corazón abierto, la ofensivísima mentecata ha declarado desconocer todo sobre el sexo y sobre Derrida, porque desde que era una jovencita inocente (ha sido incapaz de recordar la fecha) decidió passar totalmente de los hombres cuyos apellidos empiecen por D. Posteriores investigaciones de la CIA, el FBI, la NASA y la INTERPOL han descubierto que lo que pasó es que la chabacana muchachita, tras haberse trasegado todo el botiquín del kindergarden, potó como una perraca encima de su agenda Vuitton, abierta en ese fatídico instante en la letra D, condenando eternamente a la nena a ser una analfabeta deconstructivamente hablando. Que el infierno se la trague.

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