La niña en los Andes

mis manos conocen esta fría noche, nada concluye
sin su obstinado silencio, anhelan ser todo el tiempo
pero se detienen a veces y estupor es su canto,
sin perdón sin pausa, primavera lejana su infinita ausencia,
oración el temblor que explica el olvido.
la palabra es ahora, la dirán mis manos
en esta noche en esta muerte.

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