Adiós, cigüeña, adiós

La niña quiere plantar un libro y tener un árbol para sentirse plenamente realizada como mujer. Con todo lo que se mete la criatura, su reloj biológico más que marcar las horas, lo que hace es tocar a rebato, así que la muchacha anda deshojando la margarita, es decir, seleccionando al candidato ideal para ser el donante. Tanta selección para acabar luego borracha y sin bragas en cualquier rotonda, pero ya saben cómo es ella. Días lleva encerrada repasando fichas de posibles padres. Pónganse todos en lo peor y acertarán.

Comentarios