La niña è mobile

La nena, con su ardor maternal recién adquirido, decidió adquirir también unos cuantos complementos para la educación del futuro prodigio payaso. Tras hojear durante diez minutos un libro (¿engendro? ¿aborto del diablo?) de las tres trillizas, sufrió tal ataque de urticaria que no hubo pomada en tres kilómetros a la redonda capaz de calmarla, con el resultado de que los ardores maternales de la payasita se han enfriado hasta niveles infraantárticos. Nada de niños payasos, el mundo puede respirar tranquilo. El gabinete de crisis del presidente del gobierno puede volver a dedicarse a sus maratonianas sesiones de sexo oral, el peligro ha pasado. La niña, por su parte, ha sublimado su instinto maternal, y en vez de a los niños, lo dedica al trankimazín, y sin leerse el prospecto, lo proclama como su única bandera. La niña es grande.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
- Vamos, niña... no será para tanto, a fin de cuentas además de payasa también fuiste niña
- Si es que te lo tomas todo muy en serio, y al final vas de crisis en crisis. Normal
- taquei tisi, como decían los antiguos músicos de carretera... indeed