El final del verano

No contenta con ser la más glamourosa, elegante y moderna del panorama veraniego, la niña planea extender su dominio al otoño. Ejércitos de modistas, sombrereros y zapateros entran y salen sin descanso de los aposentos de la niña, que observa, reflexiona y se niega a dejarse aconsejar. Una habitación ha sido destinada únicamente a almacenar las invitaciones que se acumulan, varias secretarias han enloquecido ya por el estrés. La agenda de la niña ocupa más que el Espasa, tiene entrevistas concertadas ya hasta el próximo milenio. Pieles, joyas, champagne y caviar, aeropuertos, salas vip. París, Londres, decididamente Nueva York, tal vez Moscú, siempre Berlín....

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
me encanta que sea la niña la que marque estilo y tendencia y no el corte ingles