Por el camino de la niña

Uno es el nombre que callan todas las gargantas, dos las palabras prohibidas que gritaste, tres las caricias que tu piel infligió a mi vientre, cuatro los vientos que masticaban tu conjuro. Al abrigo de estos muros puedo afirmar con verdad que nadie sabrá nunca pronunciar tu agonía como el aire que viene del país del este.

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