Había una vez una niña

La robadora niña avanza sigilosa entre las trampas de la noche y piensa: qué despiadado sol qué insospechado futuro de amenaza y condena aguarda entre las sombras, huye veloz por los pantanosos terrenos, por la dudosa luz del amanecer, se despoja en un instante de todos los disfraces pero no de todos los miedos que atesora su cautivo amanecer de gacelas

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