Aunque la niña se vista de seda...

La niña de nuestros ojos no para. Apoyó con su firma un manifiesto a favor del proceso de paz, pensando que se trataba de juzgar a Paz Vega por su lamentable gusto al seleccionar vestuario. Tras la rueda de prensa, los periodistas ataron a la niña a un poste y se fueron a tomar carajillos de coñac para intentar (sin éxito) olvidar sus mamarrachadas. Tal fue la repercusión mediática, que ya se anuncia el nacimiento de un nuevo canal temático: Niña TV, que no significa Niña travesti sino Niña Televisión. En él, el público ansioso podrá conocer en tiempo real las ocurrencias de la saladísima chiquilla, y al mismo tiempo adquirir los buscadísimos productos oficiales de la niña más grande. Usted no volverá a comprar en la tienda de los chinos de la esquina, pudiendo comprar los mismos ofensivos productos en la tienda de la niña, y pagando además varias veces su valor real. No es imposible que la niña entre en la lista de los millonarios más riquísimos del mundo gracias a los ingresos de la tienda. Lujo y esplendor asiático, vamos.

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