La niña payasa canta a la navidad



Pobre niña payasa. Tras el desgraciado incidente en el casting para el belén viviente de su pueblo, en el que no consiguió el papel de virgen pese a haberse acostado con todo el jurado,
deambula con la mirada perdida por las principales arterias comerciales de la localidad. Ante los escaparates de los más selectos comercios interpreta villancicos en francés con sorprendentes coreografías, que los propietarios de los mencionados comercios celebran vaciando encima de la niña sus repletos orinales. Milagro es que con tanto ajetreo la pobre payasa haya tenido tiempo de poner en limpio su personalísima visión de la navidad, pero si en algo cree la niña, es en los milagros (de ahí que se siga comprando la ropa interior de la talla que gastaba en la época del big bang, más o menos). Felices compras a todos.

Comentarios