Ponga una novela histórica en su vida

La niña payasa ha triunfado definitivamente. Olvidados los pasados devaneos, un rutilante futuro se abre ante ella, que ya se apresta a recorrerlo con garboso paso. Desde ahora la vida será lujo y sexo oral. Tras tantas meteduras de pata y tantas humillaciones, por fin ha llegado a la cumbre. El éxito de su "Buscador en la intenné de fechas libres para novelas históricas" es tal, que la ha catapultado a la lista de las personas más deseadas, a la de las mejor vestidas y a la de las más insultadas, aunque en esta última hace años que la niña está instalada. Las solicitudes se amontonan en su mesa de trabajo. Decenas de escritores de novelas históricas que, desengañados al comprobar que sus mamotretos de 2049857240957842059872098572405827 páginas no tenían futuro al desarrollarse en fechas ya descritas en otras novelas, se han suicidado viendo de un tirón la filmografía de Juliette Binoche, horrible muerte donde las haya. Ahora mismo tiene la niña en oferta los quince primeros días de la cuaresma de 834 a.c., y hay verdaderos tiros para conseguirlos. La niña sonríe, satisfecha, y se ausenta un momento para ir a Vuitton a comprar zapatos....

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