El secreto desvelado

Cuando las sombras de la noche se adueñan de la ciudad, la niña payasa desaparece. Busca algún oscuro rincón de la metrópolis, y, a salvo de miradas indiscretas, se transforma en SúperContralto, la estilosísima superheroína. Sin descanso lucha contra los apóstoles de la decadencia y el olor a ajo: las malvadas sopranos, que con sus huracanados alaridos intentan dominar el mundo, los crueles tenores, capaces de las mayores temeridades para subir un tono, los nefastos bajos, siempre amenazando destruir el universo con sus sonidos infrahumanos. Especialmente encarnizada es la lucha de SúperContralto contra los siempre lamentables compositores pastelosos y sus constantes ataques almibarados, y cómo no, contra los directores hippies, lo peor, vamos, que por todos los medios intentan acallar las aterciopeladas voces de las contraltos amiguitas de la niña payasa. Esta noche la sin par heroína ha cosido las bocas de tres sopranos escapadas del penal para voces agudas, y ha librado al mundo de sus chirriantes vociferios. ¿Se lo agradece el mundo lo bastante? Pues no, no se lo agradece un pimiento, la verdad, pero a SúperContralto no le mueve la fama sino la convicción de que un mundo sin sopranos es un mundo mucho mejor, dónde va a parar.

Comentarios

yomisma ha dicho que…
a que tanto encono con las pobrecitas sopranos, como si ellas no supieran que la belleza esta en vuestras voces aterciopeladas y que ellas estan ahi solo para que se os reconozca