La niña y la nada

Como si del aire extrajera la fuerza necesaria para el combate la aniquilación y la derrota, surca la niña los mares de los negros sueños con una expresión de triunfo en su castigado rostro. Tiemblan en sus cubiles las larvas de los enemigos, se devoran de impaciencia y temor ante el combate final.

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