Dos niñas y un destino

Relatos veraniegos de La Niña Payasa - Hoy: Ephteria Neptizakis 


Ephteria Neptizakis es enfermera y trabaja en el Hospital General del Sur de Nebraska en el departamento de neurocirugía. Es muy apreciada por sus colegas y por todos los neurocirujanos, especialmente por Elsie, la jefa de servicio, que siempre confía en ella para las intervenciones más comprometidas. Su hermano Timmy trabaja en el  mismo hospital en otro servicio. Los dos están muy unidos, siguen conservando un lazo muy profundo en la vida adulta. Su infancia no fue fácil: sus padres murieron repentinamente en un accidente de tráfico, y los dos fueron a vivir con los únicos parientes que tenían, un primo de su madre llamado Epaminondas y su esposa Mary Jo. La pareja se esforzó porque los niños se sintieran queridos desde el primer momento, pero para los dos hermanos el cambio no resultó fácil. Además, al poco tiempo empezaron a sospechar que algo extraño sucedía. Al principio solo fueron presentimientos, pero por algún atisbo de conversación telefónica, un mensaje leído por equivocación en un móvil, y algunos detalles más, la idea de que Epaminondas y Mary Jo habían tenido algo que ver en la muerte de sus padres para quedarse con la herencia que les correspondía a ellos se fue instalando en la mente de los niños. Y con la sospecha se instaló el terror, pues si realmente querían quedarse con su herencia, el siguiente paso sería eliminarlos a ellos.  El hecho de que tanto Epaminondas como Mary Jo usaran permanentemente unas siniestras máscaras diabólicas no ayudó a tranquilizar a los dos hermanos. Por fin, en una oscura noche de tormenta, los niños descubrieron la verdad: Epaminondas y Mary Jo no habían matado a sus padres, sino que eran sus padres los que habían matado a Epaminondas y Mary Jo, y usaban las máscaras para que los niños no les reconocieran. Los habían matado por puro despiste, no eran unos asesinos, pero luego se habían visto obligados a seguir con el juego para no ser descubiertos. Y ahora, además, planeaban, efectivamente, quedarse con la herencia, por lo que sí que estaban planeando eliminar a los dos chiquillos. Timmy se escabulló diciendo que tenía que ir a dar de comer a su hamster y llamó a la policía que vino inmediatamente e internó a sus padres en un centro psiquiátrico del que nunca más saldrían. Los niños fueron adoptados sucesivamente por varias familias, pero todas llevaban máscaras satánicas, así que ninguna de sus acogidas duró mucho tiempo. Cuando se hicieron adultos los dos estudiaron enfermería y entraron a trabajar en el mismo hospital. Jamás conseguirían ser felices. 

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