Hay que educar a papá
Apendicitis ya está en un lejano internado, al que la niña irá a visitarlo una vez al semestre. Allí jugará al cricket sin cesar, y será feliz merendando sandwiches de pepino todas las tardes. Una copa de jerez en casa del vicario tras la misa, tal vez una partida de bridge, algo de disciplina inglesa, y pudding en cada comida. La felicidad.
Comentarios