Being la niña

 La saladísima chiquilla se apuntó a un curso online sobre redes sociales en el contexto de las nuevas normatividades afectivas, una cosa llevó a la otra y acabó de madame en un sórdido lupanar de una lúgubre isla perdida del mar de la China. De madame y de única pupila, claro, con lo que la carta de servicios contra natura que se ofrecía a los clientes ocupaba tres tomos de chorropotocientas páginas cada uno. Internet se colapsó varias veces por el tráfico generado, y hubo centenares de naufragios en la zona, en general de barcas que huían despavoridas del tsunami de perversión encarnado en la mágica niña, la profetisa de las últimas primaveras, la rival del viento del este, y algunas cosas más.

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