La niña de Lammermoor


Los relatos veraniegos de La Niña Payasa - Hoy: Epo Itaitaiei

Epo Itaitaiei es soldado en un cuerpo de élite del ejército. Participa en las misiones más arriesgadas, su entrenamiento ha hecho de él un atleta excepcional, alguien con una capacidad de supervivencia y ataque que le permiten afrontar los mayores peligros. Sus manos son un arma letal, pues sus conocimientos de artes marciales le permiten matar a su oponente sin que se dé cuenta de lo que le está ocurriendo. Hoy ha tenido que ir a una estación de metro en la que una robot se ha vuelto loca y ha empezado a matar gente. Epo ha sido el encargado de disparar el misil que ha acabado con ella. Después ha vuelto al cuartel, se ha cambiado y se ha ido a casa. Allí se ha sentado en el sofá y se ha bebido una cerveza. Y luego otra. Desde hace un tiempo no se siente bien, una tristeza inabarcable le ahoga con oleadas que le surgen del vientre y a duras penas le dejan respirar. Nada es como imaginaba. Su vida no tiene nada que ver con la vida que soñó cuando era niño. No es capaz de decir cuándo se desvió de su rumbo, por lo que tampoco es capaz de encontrar una solución a su mal. No cree que haya una solución a su mal. Se sorprende cada vez más a menudo mirando la ventana. Todo se le antoja una batalla perdida de antemano, las fuerzas le abandonan, le abandonaron hace tanto tiempo. Si supiera llorar, lloraría y tal vez el llanto le aflojara el nudo del diafragma, pero no sabe. Se queda sentado en la oscuridad mirando fijamente la ventana. 

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