Tu niña envenena mis sueños

Los relatos veraniegos de La Niña Payasa - Hoy: Ágläx

Ágläx es una elfa, y también es la amiga imaginaria de Robert, un policía rudo y despiadado por fuera pero tierno y dulce por dentro. Ágläx formaba parte del mundo imaginario de Lucio, un muchacho que fue detenido por Robert. Cuando Lucio descubrió por casualidad que Robert vestía ropa interior femenina, Ágläx sintió algo extraño, y se dio cuenta de que además de elfa era un poco golfa, así que decidió cambiar de mundo imaginario y se fue con Robert, segura de que con él llevaría una existencia imaginaria mucho más entretenida que con el chaval. Desde entonces habita el mundo del policía, un mundo en el que siempre existe el contraste entre la dureza externa y la ternura interna. Robert le explicó que no hacía mucho que estaba experimentando con la ropa de mujer, y que todo había surgido casi por casualidad. Una prueba de un delito menor olvidada en un cajón que llegó a sus manos por error, y una indescriptible sensación de paz al tocar la prenda por casualidad. Como llegar al final del camino y encontrar un lugar cálido para descansar. En el mismo baño de la comisaría se la probó, temblando de miedo y emoción, y desde entonces no ha vuelto a usar ropa interior de hombre. Robert en realidad no le ha contado todo esto a Ágläx, ella lo sabe porque está en su mente, y por eso mismo también sabe que ha hecho bien en venirse a vivir en ella, pues es una mente llena de posibilidades. Le encanta que Robert sea capaz de dar una paliza a un delincuente y luego pase horas eligiendo las más suaves prendas con las que vestir su propia suavidad. Ágläx es una criatura amoral, por lo que no tiene inconveniente en azuzar a Robert para que le muestre su lado más agresivo, sabiendo que después el contraste estará cargado de dulzura. Todo va bien, pero Ágläx cada vez quiere emociones más fuertes, y anima a Robert a que se deje llevar más y más por ese lado oscuro de su personalidad, hasta que en una escaramuza nocturna, todo se desboca y Robert acaba matando a un ladrón al que ha sorprendido huyendo de una casa. La muerte no tiene justificación, el tipo estaba indefenso, y el caso le cuesta a Robert perder su trabajo y su libertad; por mucho que el departamento de policía le ayude en el juicio y consiga que la condena sea menor de lo que el fiscal pide, su ingreso en prisión es inevitable. Ágläx abandona a Robert por el mundo imaginario del fiscal que le acusa, y Robert llora al ingresar en prisión cuando ve el uniforme que tendrá que llevar, y que incluye la ropa interior reglamentaria en las cárceles del estado.

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