Así en la niña como en el cielo


Los relatos veraniegos de La Niña Payasa - Hoy: Rosie Poughkeepssie

Rosie Poughkeepssie es dependienta en una librería especializada en idiomas a la que acuden innumerables estudiantes y profesores de todas las lenguas imaginables, e incluso de algunas imaginarias. Pasa los días recomendando nuevas ediciones de manuales de lenguas que ni siquiera es capaz de leer. Al principio le resultaba divertido, incluso fascinante, cuando le llegaba un libro nuevo, intentar adivinar de qué idioma se trataba. Pero han pasado algunos años, y ahora no siente más que indiferencia por todos aquellos alfabetos indescifrables. Tanto trabajar con palabras incomprensibles le estaba empezando a robar las suyas, las que sí entendía con dificultad. Un día en que un profesor de arameo de rasgos orientales le estaba preguntando por las últimas novedades en métodos audiovisuales para su idioma, Rosie se vino abajo, y le suplicó al profesor que la llevase al lavabo más cercano y la poseyera de la manera más salvaje posible. No con esas palabras, claro, eso fue lo curioso, porque lo hizo en un arameo fluido, y con unas palabras de una obscenidad gráfica y brutal. El profesor huyó despavorido, así que Rosie se quedó con las ganas, pero no por mucho tiempo. La librería siempre está llena de hombres, y no todos son tan pusilánimes como el pobre chino, así que desde ese día Rosie es una chica feliz. Tiene todo el sexo que quiere y no tiene que molestarse en hablar con los hombres que la hacen suya, y mientras la penetran habla en toda clase de lenguas misteriosas que le surgen de la garganta con la naturalidad de una ingenua canción infantil. 

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